domingo, 26 de diciembre de 2010

La profundidad de la piel

¿Dónde estás ahora que no está tu cuerpo? ¿En qué lugar que no sea tu piel, ni la constelación firme de tus piernas, te busco? Tantos años con sus noches y sus días la imaginación construyó un lugar, inventó unas coordenadas precisas, un sistema de navegación tal que siempre llegaba al puerto invisible de tus venas. Ahora he naufragado en tu puerto, como una de esas viejas ballenas que, hartas de ir y venir del ártico, deciden colocar su tonelaje en una playa cualquiera de la que ni un huracán las mueve.
¿Por qué busqué la extinción, negué mi pertenencia absurda a la otra, siempre la otra orilla?
Lo sé de cierto porque del otro lado, amiga mía tan lejana, estaba muerto. porque del otro lado era yo un cartógrafo idiota que trazaba el mapa de un territorio ajeno, vedado, tan inútil como imposible. Y cruzar la aguas significaba vivir. Vivir aunque se muera. Es preciso perderse para encontrarse.
¿En un lugar? No, en el tiempo. Es un instante del tiempo en que no hubo tiempo y todos los relojes del mundo callaron al fin sus monótonos hocicos.
Marcial escribía con cinismo: "uno no da ordenes a su órgano como a su dedo". Uno no le da orden alguna la cuerpo. Pero ya no se trata del cuerpo. ¡Ya no se trata nunca del cuerpo! Hay una palabra en desuso que por su vejez parece no decir nada: espíritu (o táchalo tú y escribe allí pneuma, energía que permite respirar, oxígeno, yo qué sé). Ignoro lo que mi alma a decidido, pero me hago cargo. Soy éste que apresura su último día, temeroso de que a su memoria se la trague la tierra.
Me has ofrecido la hospitalidad del silencio. Me la ofrecieron tus dedos y tus labios; me la ofrecieron tus ojos que se abrían y cerraban, incrédulos. Me la ofreció tu respiración entrecortada y el momento aquél en que tu piel fue un terremoto o un cascada, o las dos.
Ocurrió algo más bello que lo bello y estuve allí mientras duró la dicha dejando que mi alma habitara tu cuerpo.
Suficiente razón para estar vivo y, sin embargo, me pregunto: ¿dónde estoy ahora que ya no estoy en tu cuerpo? ¿Dónde ahora cuando no estás de nuevo?

domingo, 28 de noviembre de 2010

Maridos

Se acomodó frente a ella.
-¿ Y qué es de tu marido? -preguntó.
-Mi marido se fue con la mujer de otro marido.
-Por fin -dijo él
-Ni creas que vas a meterte en mi cama.
-No me he salido nunca -dijo él.

domingo, 10 de octubre de 2010

Cuando la tierra llora así, el cielo transparente ha de soportar la carga de su tristeza.

Tus pies, de los que nunca se sabe
adónde se dirigen.
Tus mejillas, sujetas por la sonrisa.
Tus ojos rotos.
El llanto sobreviene sin remedio, la lluvia
viene como una enfermedad, como la guerra de invierno.
El llanto, que se llora a sí mismo
es un acto absurdo, porque
no sabe vivir.
Como esta enfermedad, que no conoce la muerte.
Pero cuando la lluvia ¿no lo sabías?
cubría tus ojos
yo te amaba.

lunes, 31 de mayo de 2010

Rosario Castellanos


Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.
El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
—antes que lo devoren— (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.

Damos la vida sólo a lo que odiamos.


jueves, 22 de abril de 2010

Las relaciones entre los casados y las chicas honestas no prosperan.

-Santiago parece un hombre incapaz de hacerte algo así... Yo creo que... Tal vez te equivocas- dije.

He reflexionado porque hace uno comentarios así en el momento más inoportuno: "quizá no tienes razón". Creo que ver cómo sufría Irene me obligaba inconscientemente a tratar de hacerle menos intenso su dolor, a decirle que no pasaba nada en serio, que no se preocupara. Una tontería, lo reconozco, pero uno es impertinente. Te das cuenta tarde de tu error. Uno hace eso con los niños. Los enseña a no ver la realidad.

-La pasión también vence a los fuertes, no te engañes -afirmó-; pero puedes vivir una pasión sin lastimar a otro. De hecho, todos hemos vivido una: " que lance la primera piedra quien esté libre de culpa..."

En silencio, la lluvia

viernes, 26 de marzo de 2010

Ninguna eternidad como la mia.

Yo, Isabel Arango Piedre, me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo de que éste me caiga encima, ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas.Y nada abreviaré que deba sucederme, ni la pena ni el éxtasis, para que cuando sea vieja tenga como deleite la detallada historia de mis días.

(Todo fuera como eso)

miércoles, 24 de marzo de 2010

Absurdo

Sí, eres un absurdo. Hace muchos años que dejamos de ser patéticos permitidos, no hay vuelta de hoja para los momentos criminales. Déjalo pasar, no hay nada peor que lamentarse mientras lamemos nuestra propia podredumbre. Absurdo, eso eres, absurdo y patético; sabes que los criminales vivimos a salto de mata, ¿quién te crees tú para estacionarte en la autocompasión?

Creo que estoy pensando en voz alta

jueves, 18 de marzo de 2010

Pequeñas diferencias

"Si un hombre toma una decisión, él es un hombre de carácter que ha adoptado una resolución. Y si no toma una decisión, él es un hombre sabio... Si una mujer no la toma, ella es incapaz de adoptar una posición. No es sabia. Y si la toma, alguien la convenció de tomarla"

(Joder!!!)

martes, 16 de marzo de 2010

Ya te había dicho que...

Me gustan los encuentros sexuales furtivos contigo; eso y que te comas lo que cocino, aun con flor de calabaza.

jueves, 11 de marzo de 2010

Debo aceptar que heriste una parte del corazón y aun hoy me dueles. Es dificil reconocer que sólo soy una equilibrista en la gran carpa de tu vida.
Olvidémonos, sólo que no se como pedirtelo.

viernes, 26 de febrero de 2010

Demasiado amor


No, no era el terror de perderte. Eso lo hubiera podido soportar. Hubiera entonces luchado contra la locura, contra la desesperanza, contra la abstinencia, contra el abandono, contra los riesgos, contra las otras, contra los espejismos, contra la ironía y la ausencia, contra el temor y la vanidad, contra la amargura y contra la nostalgia. Hasta hubiera podido soportar las cenizas del fuego, las huellas, los restos.

Pero no podía luchar contra la costumbre. Contra este amor que amenazaba en durar para siempre y por siempre igual. Tuve miedo de no poder preservarlo sin corromperlo, sin aburrirlo, sin saciarlo, sin saturarlo, sin que se volviera insulso, vacío. Tuve miedo de que los cuerpos no pudieran renovar su alegría, miedo de que el sueño no perdurara.

Sí, tuve miedo de que este amor se volviera menos vasto que mis fantasías, más opaco que mis sueños. Tuve miedo de sentir calma, de tener paciencia, de los lugares comunes, de la repetición, de perder los secretos, de perder los encantos, de la indiferencia, de no oír a lo lejos tus pasos, de no sobresaltarme con el cerrar de una puerta, de no alegrarme con el rechinar de tu coche lejano, de no perseguir tu sombra, tus huellas, tu eco. Tuve miedo de no poder conservar esta isla, de no poder mantener encendido el fuego sagrado, de no dejar para siempre abierto el horizonte infinito de Dios. Tuve miedo de la costumbre,miedo de poder dormir profundamente.

jueves, 25 de febrero de 2010

Leia historias de Amor

...El amor puro sin mas fin que el amor mismo. Sin posesión y sin celos.

-Nadie consigue atar un trueno, y nadie consigue apropiarse de los cielos del otro en el momento del abandono

viernes, 19 de febrero de 2010

Navajita de rasurar

No corazón, el regocijo de las almas no es el momento del amor, es ese instante fugaz del placer criminal bajo las sábanas ajenas, entre piernas desconocidas, por los caminos prohibidos. Sudando los poros de pasiones perecederas pero diametralmente libres, presagios de tormentos y noches atormentadas; libros abiertos en latín que nos empeñamos en traducir a palabras nuestras. No corazón, no es amor lo que habita en mis ojos, antes bien el reflejo de mis deseos.
Tú como navajita de rasurar: úsese y desechese.

lunes, 8 de febrero de 2010

Vocación

Ser esposa necesita una férrea vocación.

-Después de ti no quiero ser esposa de nadie.

-¿Te cansaste de ser esposa?

-Ser esposa necesita vocación, y yo no la tengo.

Pero así aprende uno... en el camino.

viernes, 5 de febrero de 2010

DIANA

-¿Te gusta hacer el amor conmigo?

-Tonto

-A mi me gustaría hacerte el amor en nombre de todos los hombres que te han hecho el amor.

-No digas eso.

-No sé si deba decírtelo.

-Somos libres, no nos guardamos nada tú y yo.

-Hay algo que me gusta de ti. Pretendes que estamos solos cuando cogemos

-¿No lo estamos?

-No, cuando nos acostamos yo veo pasar por tu piel a una multitud de hombres, desde tu primer novio hasta tus amantes ausentes pero vigentes...

Me llamo Zarité

"Baila, baila, Zarité,
porque esclavo que baila es libre...
mientras baila"

La isla bajo el mar. Allende, Isabel