viernes, 26 de febrero de 2010

Demasiado amor


No, no era el terror de perderte. Eso lo hubiera podido soportar. Hubiera entonces luchado contra la locura, contra la desesperanza, contra la abstinencia, contra el abandono, contra los riesgos, contra las otras, contra los espejismos, contra la ironía y la ausencia, contra el temor y la vanidad, contra la amargura y contra la nostalgia. Hasta hubiera podido soportar las cenizas del fuego, las huellas, los restos.

Pero no podía luchar contra la costumbre. Contra este amor que amenazaba en durar para siempre y por siempre igual. Tuve miedo de no poder preservarlo sin corromperlo, sin aburrirlo, sin saciarlo, sin saturarlo, sin que se volviera insulso, vacío. Tuve miedo de que los cuerpos no pudieran renovar su alegría, miedo de que el sueño no perdurara.

Sí, tuve miedo de que este amor se volviera menos vasto que mis fantasías, más opaco que mis sueños. Tuve miedo de sentir calma, de tener paciencia, de los lugares comunes, de la repetición, de perder los secretos, de perder los encantos, de la indiferencia, de no oír a lo lejos tus pasos, de no sobresaltarme con el cerrar de una puerta, de no alegrarme con el rechinar de tu coche lejano, de no perseguir tu sombra, tus huellas, tu eco. Tuve miedo de no poder conservar esta isla, de no poder mantener encendido el fuego sagrado, de no dejar para siempre abierto el horizonte infinito de Dios. Tuve miedo de la costumbre,miedo de poder dormir profundamente.

jueves, 25 de febrero de 2010

Leia historias de Amor

...El amor puro sin mas fin que el amor mismo. Sin posesión y sin celos.

-Nadie consigue atar un trueno, y nadie consigue apropiarse de los cielos del otro en el momento del abandono

viernes, 19 de febrero de 2010

Navajita de rasurar

No corazón, el regocijo de las almas no es el momento del amor, es ese instante fugaz del placer criminal bajo las sábanas ajenas, entre piernas desconocidas, por los caminos prohibidos. Sudando los poros de pasiones perecederas pero diametralmente libres, presagios de tormentos y noches atormentadas; libros abiertos en latín que nos empeñamos en traducir a palabras nuestras. No corazón, no es amor lo que habita en mis ojos, antes bien el reflejo de mis deseos.
Tú como navajita de rasurar: úsese y desechese.

lunes, 8 de febrero de 2010

Vocación

Ser esposa necesita una férrea vocación.

-Después de ti no quiero ser esposa de nadie.

-¿Te cansaste de ser esposa?

-Ser esposa necesita vocación, y yo no la tengo.

Pero así aprende uno... en el camino.

viernes, 5 de febrero de 2010

DIANA

-¿Te gusta hacer el amor conmigo?

-Tonto

-A mi me gustaría hacerte el amor en nombre de todos los hombres que te han hecho el amor.

-No digas eso.

-No sé si deba decírtelo.

-Somos libres, no nos guardamos nada tú y yo.

-Hay algo que me gusta de ti. Pretendes que estamos solos cuando cogemos

-¿No lo estamos?

-No, cuando nos acostamos yo veo pasar por tu piel a una multitud de hombres, desde tu primer novio hasta tus amantes ausentes pero vigentes...

Me llamo Zarité

"Baila, baila, Zarité,
porque esclavo que baila es libre...
mientras baila"

La isla bajo el mar. Allende, Isabel