domingo, 14 de octubre de 2012
Poema de amorosa raíz.
Antes que el viento fuera mar volcado, que la noche se unciera su vestido de luto
y que las estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.
Antes que la luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides;
primero que algo fuera flotando sobre el aire;
tiempo antes que el principio.
Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.
Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya eramos tú y yo.
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