lunes, 22 de octubre de 2012

Domingo

Los días domingo tienen la mala costumbre de encabezar entradas en los blogs de todo aquel que se precie homo sapiens. Y hoy, para no perder la costumbre de llegar tarde, escribo en lunes sobre el día domingo, un día domingo que se escurrió como el aguacero que lo aconteció.
No nos bastan 24 hora de descanso cuando más de la mitad de ellas las dormimos sin soñar, cuando de esa mitad que estamos despiertos soñamos la mitad con dormir; cuando de las 6 horas que nos quedan libres tenemos que entretenerlas preparándonos para el día lunes. Quizás Dios no descansó el séptimo día, quizás se dedicó a preparar su agenda para los próximo dos millones de años.
Y entonces, aquí está uno, robándole horas a su Lunes para poder terminar el Domingo, el día de descanso. Vivimos tan esperando el futuro que nos lo comemos antes de que llegue y luego nos quejamos de recibirlo incompleto. ¿Será que los domingos no son mas que un puente musical en la semana? porque si la vida es una canción, los lunes son el nananá que todos odiamos pero nos sabemos de memoria.

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